Alba G. Corral utiliza la programación creativa y el lenguaje visual de Processing para crear una pieza de instalación generativa en constante cambio.
La obra se inspira en el fenómeno de emergencia que ocurre en procesos biológicos y químicos, y su enfoque radica en generar un ecosistema simulado o un paisaje que evoluciona de manera interminable. La pieza se desarrolla a partir de un conjunto inicial de instrucciones; el programa de computadora actúa como un coautor y toma decisiones basadas en una serie de parámetros preestablecidos. El resultado final, como en la naturaleza, es impredecible y sorprendente.